
Bodega y Calado Tradicional

Bodega y Calado Tradicional

Bodega y Calado Tradicional
EL BARRIO DE BODEGAS
Los barrios de bodegas son lugares singulares, un fenómeno urbanístico y arquitectónico con profundas raíces en la historia de esta tierra con nombre de vino. Sin ellos, no se entendería La Rioja tal y como la conocemos. Pradejón tampoco sería lo que es sin éste barrio tan especial, que tras siglos dedicado a la elaboración de vino vio nacer los primeros cultivos de champiñón, convirtiéndose en el lugar de origen de la agroindustria que tanto caracteriza hoy al municipio.

El Barrio de Bodegas de Pradejón ya existía en el año 1753 y contaba con 37 bodegas, todas ellas situadas en el antaño denominado como Barranco Pasillo. Aunque su nacimiento pudo producirse varias décadas antes, probablemente a finales del siglo XVII.
Durante más de dos siglos la morfología de las bodegas, la técnica para construirlas y el proceso de elaboración del vino que en ellas se producía permaneció prácticamente invariable. En el siglo XX llegaron algunas mejoras, como los depósitos de hormigón, pero a partir de los años 50, el nacimiento de las bodegas cooperativas, donde se centralizaba la producción con técnicas modernas, supuso el declive de barrios como éste.
El paulatino abandono de las bodegas que durante décadas sirvieron para la elaboración de vino, permitió que algunas de ellas se reutilizasen para el cultivo de champiñón, debido a las buenas condiciones que ofrecían los antiguos calados.

EL BARRIO DE BODEGAS
Los barrios de bodegas son lugares singulares, un fenómeno urbanístico y arquitectónico con profundas raíces en la historia de esta tierra con nombre de vino. Sin ellos, no se entendería La Rioja tal y como la conocemos. Pradejón tampoco sería lo que es sin éste barrio tan especial, que tras siglos dedicado a la elaboración de vino vio nacer los primeros cultivos de champiñón, convirtiéndose en el lugar de origen de la agroindustria que tanto caracteriza hoy al municipio.
El Barrio de Bodegas de Pradejón ya existía en el año 1753 y contaba con 37 bodegas, todas ellas situadas en el antaño denominado como Barranco Pasillo. Aunque su nacimiento pudo producirse varias décadas antes, probablemente a finales del siglo XVII.
Durante más de dos siglos la morfología de las bodegas, la técnica para construirlas y el proceso de elaboración del vino que en ellas se producía permaneció prácticamente invariable. En el siglo XX llegaron algunas mejoras, como los depósitos de hormigón, pero a partir de los años 50, el nacimiento de las bodegas cooperativas, donde se centralizaba la producción con técnicas modernas, supuso el declive de barrios como éste.
El paulatino abandono de las bodegas que durante décadas sirvieron para la elaboración de vino, permitió que algunas de ellas se reutilizasen para el cultivo de champiñón, debido a las buenas condiciones que ofrecían los antiguos calados.
CONSTRUIR UNA BODEGA
Las bodegas de los barrios históricos como el de Pradejón, forman parte de una expresión arquitectónica muy particular denominada arquitectura popular, caracterizada por ser una "arquitectura sin arquitectos", esto es, proyectada y construida por las mismas personas que la necesitan para cubrir alguna necesidad, sin intervención de técnicos u otros expertos.
Inicialmente muchas bodegas dispusieron solo del calado subterráneo y las escaleras que conducían al mismo, cerradas por una puerta. Con el tiempo y en función de las necesidades y las posibilidades de cada familia las bodegas se fueron ampliando, añadiendo construcciones en superficie, como el lago o pequeños zaguanes o cobertizos donde ubicar una prensa portátil.
BODEGAS PARA VINO Y ALGO MÁS...
Los barrios de bodegas son lugares singulares, un fenómeno urbanístico y arquitectónico con profundas raíces en la historia de esta tierra con nombre de vino. Sin ellos, no se entendería La Rioja tal y como la conocemos. Pradejón tampoco sería lo que es sin éste barrio tan especial, que tras siglos dedicado a la elaboración de vino vio nacer los primeros cultivos de champiñón, convirtiéndose en el lugar de origen de la agroindustria que tanto caracteriza hoy al municipio.
En la década de los 50 del siglo XX, el barrio de bodegas de Pradejón acogió un novedoso cultivo: el del champiñón.
Los calados de las bodegas ofrecían unas buenas condiciones para el cultivo del por aquel entonces exótico hongo: ausencia de luz solar y una temperatura más o menos constante.
Aquellos primeros cultivos se llevaron a cabo de forma muy rudimentaria: introduciendo a mano estiércol de caballo preparado, que se adecentaba sobre el suelo en forma de ríos, en los que se sembraba el champiñón.
Pese a la insignificante producción de estas bodegas, la rentabilidad del cultivo provocó que poco a poco se fueran sumando más bodeguillas. Sin embargo, lo costoso del trabajo hizo que en los años 60 se comenzasen a construir los modernos caños de hormigón donde las producciones eran mayores y el trabajo algo más cómodo.
PASADO Y PRESENTE
Los barrios de bodegas son lugares singulares, un fenómeno urbanístico y arquitectónico con profundas raíces en la historia de esta tierra con nombre de vino. Sin ellos, no se entendería La Rioja tal y como la conocemos. Pradejón tampoco sería lo que es sin éste barrio tan especial, que tras siglos dedicado a la elaboración de vino vio nacer los primeros cultivos de champiñón, convirtiéndose en el lugar de origen de la agroindustria que tanto caracteriza hoy al municipio.